30.10.2019

Consejos para un envejecimiento satisfactorio

La edad cronológica es la que indica nuestra fecha de nacimiento, pero a la misma edad no todas las personas son capaces de hacer las mismas actividades ni mantienen la misma autonomía. Por este motivo, en geriatría, especialidad que trata, estudia y previene los problemas de salud de las personas mayores, hablamos de la “edad funcional”. De esta forma, podemos entender que una persona nacida antes pueda ser más “joven” que otra que nació después.

 

La edad funcional

La edad funcional depende de diferentes factores. Entre ellos, factores biológicos, relacionados, entre otros, con la carga genética de cada persona y con fenómenos complejos asociados al grado de oxidación celular y la actividad de algunas hormonas. También de los hábitos de cada persona, los usos y desusos a los que me referiré a continuación.

La edad funcional la definen también las enfermedades sufridas a lo largo de la vida, especialmente las de carácter crónico, pero las circunstancias sociales suponen el mayor determinante para un envejecimiento satisfactorio tanto entre países con diferentes niveles socio-económicos como dentro de un mismo país.

En este artículo me centraré en dar algunos consejos para un envejecimiento satisfactorio sobre aquellas circunstancias en las que esté nuestra mano incidir.

 

Consejos para un envejecimiento satisfactorio

La práctica regular de ejercicio físico aumenta la sensación de mejor salud y la confianza a la hora de realizar actividades de la vida diaria. Es uno de los mejores remedios para combatir la apatía. Mejora la capacidad de concentración, el apetito y la calidad del sueño. Es un factor determinante para enlentecer y reducir la pérdida de fuerza muscular y mantener un buen equilibrio.

El ejercicio físico es la principal medida para prevenir las caídas, uno de los más graves problemas de las persones de edad avanzada. Su práctica regular es un elemento determinante para reducir la mortalidad en enfermedades graves como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad pulmonar crónica o la diabetes.

Es difícil dar una recomendación general. Dependerá de los hábitos previos de cada persona. De una manera razonable, se recomienda andar seis horas cada semana o acudir al gimnasio, para una actividad más intensa, tres días a la semana durante una hora.

Es preciso tener en cuenta que, por poco que sea, cualquier actividad física siempre será mejor que nada. Aunque se realice en casa o, incluso, desde una silla.

El sentido común y la adaptación a la dieta clásica de los países mediterráneos se resume en una alimentación suficiente y muy variada. Las frutas, verduras y cereales deben estar, en varias raciones, en la dieta de cada día. También el pescado y la carne animal en cantidades razonables. Los productos lácteos ayudan a incrementar las ingestas de calcio, pero estos ingredientes necesarios también están en otros alimentos, por ejemplo, las “raspas” de las sardinas.

Y no olvidar el litro y medio de líquidos, evitando los azucarados en lo posible.

Mantener la vida social ha demostrado ser una de las actividades preventivas de problemas cognitivos. Seguro que en las proximidades de la vivienda hay lugares donde pueda reunirse con otras persones para aprender, ayudar a los demás, relacionarse o, también, pasar el rato.

Siempre recomiendo repensar la vivienda. A medida que nos hacemos mayores es conveniente irla adaptando a nuestras necesidades. Es muy importante tener a mano las cosas que más se usan. Evitar tener que agacharnos o subir escaleras. Pensar si puede ser necesario reacondicionar el baño o la cocina para hacerlos más accesibles y libres de riesgos.  No suele ser necesario cambiar una bañera, hay sillas adaptables que permiten realizar la higiene de una manera cómoda y segura. Si puede ser necesario eliminar algún mueble para ganar espacio y pensar en redistribuir los utensilios de baño, garantizar una superficie antideslizante y colocar asas que proporcionen ayuda y seguridad.

Si se detectan problemas de equilibrio, hay que comunicarlo con su equipo de salud. Esta visita ha de ser imprescindible si se ha sufrido una caída que no se pueda explicar bien porque se produjo. Aunque no haya supuesto ninguna consecuencia ni lesión.

Existe una prueba muy sencilla para comprobar el equilibrio, pero es muy importante que siempre la realice junto a otra persona. Vea si es capaz de sostenerse con una sola pierna durante cinco segundos.

La revisión de la vista y del oído están en la lista anual de comprobaciones sobre el estado de salud. Si se detectan anomalías acuda al especialista. Ver mal puede alejarnos de actividades de ocio por el exterior, de la lectura o de la comunicación visual. Oír mal dificulta la comunicación con otras personas. Aísla.

Es extremadamente peligroso tomar medicamentos no recetados por el médico o aconsejados por el farmacéutico en caso de que sean de libre dispensación. Pero, también, es muy peligroso no seguir correctamente la pauta que se ha recetado, saltarse tomas o aumentar la dosis. No haga caso de los remedios del vecino. Que le fuera bien a él no supone que sea adecuado para usted. Y, esto es muy importante, los denominados productos naturales no dejan de ser fármacos y tienen efectos secundarios potencialmente graves.  Desconfíe de tratamientos alternativos sin aval científico probado.  Acuda al consejo de los profesionales de salud.

Es importante que su médico de familia conozca todos los medicamentos que está tomando. Él es el más preparado para aconsejarle sobre posibles interferencias entre los diferentes fármacos y efectos secundarios. Por su parte, pregunte siempre si tiene dudas sobre cuál es la indicación de determinado fármaco o posibles riesgos asociados a su uso.

Tanto si sufre pérdidas de orina al toser, reírse, agacharse como si no tiene tiempo para llegar al baño en caso de imperiosidad para orinar, debe consultarlo con su médico. Existen tratamientos de fisioterapia, farmacológicos o, incluso, quirúrgicos que pueden evitar el uso de compresas o absorbentes.

Por último, unos sencillos consejos para mantener la memoria. Es cierto que, con los años cuesta más recordar acontecimientos recientes, recados… pero se puede retrasar con algunos ejercicios sencillos: conversar, leer, juegos de mesa y, en general, mantener una vida social activa. Si cerca de su casa se realiza algún taller de memoria puede ser recomendable apuntarse. Consulte a su médico si considera que sus problemas de memoria le dificultan en la vida diaria.

 

Dr. Salvador Altimir , coordinador de la Unidad de Geriatría en el Hospital Germans Trias i Pujol y miembro del Comité de Innovación Asistencial de FIATC Residencias.

 

 

 

 

 

 

La práctica regular de ejercicio físico aumenta la sensación de mejor salud y la confianza a la hora de realizar actividades de la vida diaria.

 

 

 

 

 

 

 

El sentido común y la adaptación a la dieta clásica de los países mediterráneos se resume en una alimentación suficiente y muy variada.

 

 

 

 

 

 

 

Mantener la vida social ha demostrado ser una de las actividades preventivas de problemas cognitivos.

 

 

 

 

 

 

 

Si se detectan problemas de equilibrio, hay que comunicarlo con su equipo de salud.

 

 

 

 

 

 

 

La revisión de la vista y del oído están en la lista anual de comprobaciones sobre el estado de salud.

 

 

 

 

 

 

 

Es extremadamente peligroso tomar medicamentos no recetados por el médico o aconsejados por el farmacéutico en caso de que sean de libre dispensación.