29.10.2020

ICTUS, PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Es posible que alguna vez hayas oído hablar del término ictus, AVC (Accidente Cerebro Vascular), infarto cerebral, embolia o trombosis. Todos estos términos son sinónimos que se emplean para denominar un trastorno de la circulación cerebral que altera parte del cerebro.

Pero, ¿sabemos qué es y cómo detectar los síntomas?, ¿sabemos qué podemos hacer para evitarlo o disminuir el riesgo de padecerlo?

Aprovechando que hoy, 29 de octubre, se celebra el Día Mundial del Ictus, queremos difundir información sobre esta y así poder minimizar sus consecuencias.

 

¿QUÉ ES EL ICTUS?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un ictus se entiende por accidente cerebro vascular (ACV) “un síndrome clínico de desarrollo rápido debido a una perturbación focal de la función cerebral de origen vascular y de más de 24 horas de duración” (Minsal, 2013).

Es una de las enfermedades más discapacitantes pero también es prevenible y tratable.

Según el mecanismo de lesión esta enfermedad puede ser:

  • Isquémico: se produce una obstrucción del flujo sanguíneo.
  • Hemorrágico: se produce una rotura de un vaso provocando la salida de sangre y la compresión de estructuras del sistema nervioso central.

 

FACTORES DE RIESGO DE SUFRIR UN ICTUS

Podemos distinguir entre factores de riesgo intrínsecos (no modificables) y extrínsecos (modificables).

Factores intrínsecos:

  • Es más frecuente a partir de los 55 años y su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad, pero debemos saber que también los jóvenes e incluso los niños pueden padecer esta afectación neurológica.
  • Ligeramente mayor en hombres.
  • Genética. Algunas enfermedades genéticas pueden aumentar el riesgo de ictus como la angiopatía amiloide.

Los factores extrínsecos favorecen la formación de trombos, rotura de las arterias y la arteriosclerosis (estrechamiento de las arterias), pudiendo desembocar en un ictus:

  • Tensión arterial.
  • Fibrilación auricular: Este tipo de arritmia, muy frecuente, favorece la formación de trombos en el corazón, pudiendo llegar al cerebro a través del flujo sanguíneo (embolia cerebral).
  • Diabetes: Los diabéticos presentan más riesgo de padecer ateroesclerosis y, suelen tener asociados otros factores de riesgo como la hipertensión, hiperlipidemia y obesidad.

 

PREVENCIÓN DEL ICTUS

El ictus es una enfermedad frecuente que puede ser mortal o producir secuelas físicas, cognitivas, psicológicas y sociales en una elevada proporción de las personas que lo han padecido. Por todo ello, es fundamental la prevención y el reconocimiento rápido de los síntomas, para intentar evitar la enfermedad y, en caso de que se presente, minimizar los riesgos y las secuelas posteriores.

Conociendo los factores de riesgos es más fácil adivinar cómo podemos prevenir esta patología.

Debemos incidir sobre los factores modificables (el 90% de los ictus se pueden evitar trabajando sobre los factores extrínsecos), esto es, llevar una vida saludable con dieta sana y ejercicio diario, huir de hábitos tóxicos como el alcohol, la droga o el tabaco y controlar nuestra salud (tensión arterial, glucemia, colesterol…).

Cuanto antes cambiemos nuestro estilo de vida y la de nuestra familia, incluido los niños, menor riesgo tendremos de padecer un ictus.

 

SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES

  • Adormecimiento, pérdida de fuerza o parálisis en la mitad del cuerpo (cara, brazo y/o pierna).
  • Dificultad en el habla o en la comprensión.
  • Pérdida de visión total o parcial.
  • Dolor repentino de cabeza.
  • Trastorno brusco o repentino del equilibrio, vértigo o dificultad para caminar.

 

¿QUÉ ES EL CÓDIGO ICTUS?

El código ictus es un trabajo de equipo multidisciplinar que se realiza durante las 3-5 horas primeras tras el inicio de los síntomas.

Es un procedimiento de actuación pre-hospitalario que se basa en el reconocimiento precoz de los síntomas y signos del ictus. Implica la notificación y traslado urgente al hospital.

Facilita la coordinación intrahospitalaria, reduce el tiempo de espera en el hospital y agiliza la puesta en marcha de los procesos diagnósticos y terapéuticos.

 

ICTUS Y COVID-19

Estando en 2020 no podemos obviar lo que en pocos meses nos ha cambiado la vida, el coronavirus.

Y es que existen estudios como el del Hospital de Vall d’Hebron (Barcelona) que han demostrado que los pacientes con daño pulmonar grave por Covid-19 tienen mayor riesgo de padecer un accidente cerebro-vascular.

Debido a la infección se pueden formar trombos pulmonares que pueden viajar hasta el cerebro dañándolo seriamente, por lo que tenemos otro motivo para protegernos del Covid siguiendo todas las medidas recomendadas y ya conocidas por todos.

 

TRATAMIENTO DE UN ICTUS

La actuación debe ser rápida para disminuir las secuelas, discapacidad o incluso la muerte.

Sin entrar en términos médicos, el tratamiento del ictus será diferente según haya sido el mecanismo de lesión.

En ictus isquémico, lo primero que se hará será restablecer el riego sanguíneo y posteriormente prevenir nuevos ictus. En ictus hemorrágicos, será controlar la hemorragia llegando incluso a recurrir a la cirugía.

 

SECUELAS DESPUÉS DE SUFRIR UN ICTUS

Las secuelas del ictus dependerán del tipo de lesión, de la zona cerebral afectada y del tiempo de reacción tras los primeros síntomas. Estas, se ven reflejadas en la parte del cuerpo contraria a la zona cerebral afectada.

Las secuelas pueden ser físicas (afectación motora-sensitiva como hemiplejia o hemiparesia, entre otras), cognitivas (atención, memoria, capacidad para tomar decisiones, lenguaje, entre otras) y /o conductuales (cambios de la personalidad, aumento del carácter previo que afecta a las relaciones afectivas y sociales).

 

RECUPERACIÓN DESPUÉS DE PADECER UN ICTUS

Al igual que el tratamiento, la recuperación se debe iniciar lo más precoz posible una vez el paciente esté médicamente estabilizado.

Durante los 6 primeros meses post ictus es cuando más mejoría se consigue, esto no quiere decir que no se consigan logros pasados estos meses, incluso es posible que sucedan en fases crónicas. La recuperación puede ser total o parcial.

La rehabilitación debe ser llevada a cabo por un equipo interdisciplinar formado por médicos, enfermeros, fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales, psicólogos, trabajadores sociales, entre otras especialidades que trabajan conjuntamente para mitigar los daños causados por la enfermedad y conseguir la máxima autonomía y la readaptación social.

Existen muchos avances tecnológicos en la recuperación del ictus y, lo que es más importante, se está invirtiendo en investigación por lo que en futuro dispondremos de nuevas estrategias terapéuticas.

 

Desde FIATC Residencias esperamos haber dado más visibilidad a esta patología y concienciar a la población sobre la importancia de la prevención y la detección de los síntomas.

En cuanto al ictus se refiere, la información es poder y el tiempo es oro.

 

Sònia Del Puerto, fisioterapeuta de Blau Almeda

 

 

 

El ictus es una de las enfermedades más discapacitante pero también es prevenible y tratable.

 

 

 

 

 

 

 

Es fundamental la prevención y el reconocimiento rápido de los síntomas, para intentar evitar la enfermedad y, en caso de que se presente, minimizar los riesgos y las secuelas posteriores.

 

 

 

 

 

 

 

Debemos incidir sobre los factores modificables (el 90% de los ictus se pueden evitar trabajando sobre los factores extrínsecos), esto es, llevar una vida saludable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los pacientes con daño pulmonar grave por Covid-19 tienen mayor riesgo de padecer un accidente cerebro-vascular.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La actuación debe ser rápida para disminuir las secuelas, discapacidad o incluso la muerte.

 

 

 

 

 

El código ictus agiliza la puesta en marcha de los procesos diagnósticos y terapéuticos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La recuperación se debe iniciar lo más precoz posible una vez el paciente esté médicamente estabilizado.

 

 

 

 

 

Las secuelas del ictus dependerán del tipo de lesión, de la zona cerebral afectada y del tiempo de reacción tras los primeros síntomas.

 

 

 

 

 

 

 

Durante los 6 primeros meses post ictus es cuando más mejoría se consigue, esto no quiere decir que no se consigan logros pasados estos meses.