08.05.2023

Qué ayudas públicas se pueden solicitar para pagar la residencia de ancianos

ayudas para residencias de ancianos

¿Cuánto suelen cobrar en una residencia de ancianos? ¿Cómo hacer frente al pago de una plaza con una pensión de mil euros? Estas son algunas de las preguntas frecuentes entre la población de personas mayores que con la edad empiezan a ver afectada su autonomía. La realidad es que el precio de una residencia de mayores en España suele ser más alto que el de una pensión media de jubilación. Este es el motivo por el cual muchos adultos mayores y sus familiares buscan ayudas para pagar la residencia de ancianos. Aquí te presentamos algunas ayudas económicas para personas mayores dependientes destinadas al pago de plazas en residencia.

 

¿Quién paga la residencia de ancianos?

La administración pública prevé ayudas para pagar la residencia y otros servicios asistenciales solo para ancianos con algún grado de dependencia, de acuerdo con lo previsto por la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención. Por esta razón, generalmente, es el mismo residente quien asume el pago de la residencia, que en algunos casos recibe la ayuda económica de los familiares.

A veces, la falta de recursos para el pago puede llevar a la persona interesada o a sus familiares a buscar residencias baratas que muchas veces no coinciden con la opción ideal.

En estas situaciones, es interesante saber que existen alternativas a las ayudas públicas pensadas para que la persona mayor pueda enfrentar el coste de la residencia privada que mejor se ajuste a sus exigencias sin tener que renunciar enteramente a su jubilación y evitando la pérdida del patrimonio familiar. Pero, vamos por orden y aclaramos primero cómo funcionan las ayudas públicas para ancianos dependientes.

 

Ayudas económicas para el pago de residencias de mayores

En 2006 en España fue aprobada la Ley 39/2006 que tutela a las personas con dependencia, conocida también como Ley de Dependencia.

Garantizar ayudas económicas y asistencia a las personas mayores con dependencia está entre los objetivos de la normativa.

Además de las plazas en residencias públicas la normativa prevé subvenciones para el acceso a residencias concertadas y privadas.

Cuando por algún motivo no es posible el acceso a una residencia pública, para ayudar a los usuarios con el pago de las residencias de ancianos la ley ha instituido el cheque servicio o Prestación Económica Vinculada al Servicio (PEVS). Se trata de una subvención para el financiamiento de las cuotas en una residencia de ancianos privada.

El importe del cheque se establece en base a una serie de criterios que tienen en cuenta, por ejemplo, el grado de dependencia de la persona mayor, el coste de las cuotas y el poder adquisitivo del residente.

Una vez reconocido el derecho a esta ayuda, el beneficiario de la ayuda recibe el importe establecido a lo largo del año dividido en 12 pagos.

Sin duda, se trata de una prestación que ofrece también a las personas con menos recursos la posibilidad de optar por los servicios más adecuados.

No obstante, hay que saber que es una de las ayudas más solicitadas por las personas mayores o familiares de personas mayores con dependencia. Por este motivo, los tiempos de adjudicación suelen ser largos y la ayuda no siempre es concedida.

Además, hay que tener en cuenta que este tipo de prestación tiene incompatibilidades con otras ayudas económicas para ancianos dependientes.

 

Alternativas para financiar la estancia en una residencia de ancianos

Actualmente, en nuestro país el mercado propone distintas fórmulas pensadas para personas mayores que no pueden asumir los costes de una residencia y no quieren perder su patrimonio.

El Programa Pensium, por ejemplo, permite pagar los gastos de la residencia de ancianos a quien dispone de una vivienda de propiedad. Este sistema innovador hace que tu vivienda trabaje para ti y dispongas de aportaciones mensuales de hasta dos veces el valor del alquiler para pagar la residencia de mayores o recibir la asistencia que necesitas en casa de un familiar. Además, te ofrece flexibilidad si la estancia en la residencia es temporal porque cuando ya no necesitas estos ingresos Pensium seguirá gestionando el alquiler de tu vivienda hasta recuperar la inversión. Todo está pensado para que no tengas que desembolsar dinero y que sea tu vivienda de propiedad a pagar tu deuda.

También hay otros sistemas de financiación como la pensión vitalicia o productos hipotecarios pensados específicamente para personas mayores. Sin embargo, estas opciones afectan al patrimonio familiar puesto que para conseguir las aportaciones es necesario ceder o hipotecar la vivienda de propiedad.

Es el caso, por ejemplo, de la renta vitalicia inmobiliaria. Con este producto la persona mayor vende la nuda propiedad de su vivienda a cambio de una prestación mensual y el usufructo de la vivienda por el resto de su vida.

En conclusión, para las personas mayores que necesitan asistencia en residencias de ancianos la ley prevé diferentes ayudas públicas, pero desde el momento de la solicitud hasta la asignación de la prestación a veces pueden pasar largos períodos de tiempo. Ante esta situación y cuando el anciano no cumple con los criterios para recibir ayudas económicas del estado, los productos de financiación para personas mayores pueden ser la solución más viable e inmediata para pagar una residencia privada a pesar de no disponer de unos ingresos mensuales que permitan cubrir todos los costes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A veces, la falta de recursos para el pago puede llevar a la persona interesada o a sus familiares a buscar residencias baratas que muchas veces no coinciden con la opción ideal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando por algún motivo no es posible el acceso a una residencia pública, para ayudar a los usuarios con el pago de las residencias de ancianos la ley ha instituido el cheque servicio o Prestación Económica Vinculada al Servicio (PEVS).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Programa Pensium permite pagar los gastos de la residencia de ancianos a quien dispone de una vivienda de propiedad.