10.08.2023
Cohousing: viviendas compartidas para personas mayores
El concepto de envejecimiento ha cambiado de acuerdo con las mudanzas de nuestra sociedad cada vez más longeva y más fragmentada. Si antes era normal pensar en pasar los últimos años de la vida en casa con los hijos o algún familiar cercano, actualmente, las personas mayores se plantean otros planes para el futuro. Sentirse autónomos y vivir una vida plena y de calidad es una imagen que muchas personas tienen cuando piensan en la jubilación. En otras palabras, hoy en día se mira más a la vejez como el comienzo de una nueva etapa de la vida que hay que disfrutar. Es por esta razón que el cohousing, o viviendas compartidas para personas mayores, representa una opción muy atractiva para vivir la jubilación de manera independiente, pero compartiendo la experiencia con otras personas que tienen intereses y gustos afines. Vamos a conocer este modelo de vivienda y descubrir sus ventajas.
Cohousing es una palabra inglesa que en castellano significa algo así como covivienda. De hecho, en la práctica el cohousing consiste en compartir vivienda de forma colaborativa.
Este modelo de vivienda colaborativa surge inicialmente en Dinamarca en los años sesenta donde se creó un bloque residencial organizado como una cooperativa. En las décadas sucesivas el concepto se extendió a otros países del Norte de Europa, a Canadá y Estados Unidos, donde se le asignó el nombre de “cohousing”.
El concepto de covivienda puede confundirse con el de compartir vivienda (coliving en inglés). Sin embargo, en el cohousing las personas no comparten solo los espacios comunes de un piso. Una vivienda compartida es un modelo de convivencia organizada que sigue determinadas normas establecidas entre los integrantes de la comunidad. En un cohousing las personas disponen de viviendas completamente independientes pero comparten una gran cantidad de servicios comunes cuyo funcionamiento y gestión lo establecen los mismos vecinos.
En este tipo de viviendas la persona no renuncia a su independencia. No obstante, se compromete a ser parte de la comunidad.
Con el tiempo y después de extenderse a varios países, el prototipo de vivienda compartida se ha desarrollado y en la actualidad se pueden ver diferentes tipos de covivienda.
Esta expansión ha producido la aparición de diferentes tipologías de cohousing cuyas diferencias están marcadas sobre todo por el entorno donde se desarrollan, que puede ser rural o urbano; el tipo de inmueble que es nuevo, reformado o de construcción sostenible; el tipo de vivienda que lo componen y su disposición; la edad de los vecinos.
En este sentido, las viviendas compartidas para personas mayores, o cohousing senior, son un tipo específico de cohousing formado, normalmente, por individuos con más de 65 años. Pero también hay tipologías que combinan integrantes mayores y jóvenes. En todo caso, el objetivo principal es el cuidado por la comunidad y sus integrantes.
La sociedad actual nos impone ritmos y estilos de vida que han contribuido a modificar completamente las dinámicas y las relaciones sociales. Una de las consecuencias de esta evolución de la sociedad es la soledad, un fenómeno que afecta sobre todo a las personas mayores. De hecho, con el aumento de la esperanza de vida el riesgo de pasar en soledad la jubilación es muy alto. A medida que envejecemos es muy frecuente la pérdida de la pareja y de los familiares y amigos coetáneos, con lo que no sorprenden los datos publicados por el INE en 2020. En España existen 4.889.900 hogares unipersonales y la mitad de las personas que viven solas son mayores de 65 años.
Desde luego, muchas personas eligen envejecer en su vivienda y barrio a pesar de estar solas. Sin embargo, para otras esta condición se convierte en la causa de uno de los grandes problemas de la tercera edad y una de las mayores preocupaciones para la salud pública: la soledad.
La soledad afecta en modo más severo a las personas ancianas que muchas veces padecen enfermedades y, sin el apoyo de familiares o amigos, se encuentran en condición de aislamiento social. Todo esto aumenta el riesgo de muerte prematura como consecuencia de trastornos físicos, emocionales, de conducta y mentales causados por el sentimiento de inutilidad y aburrimiento.
En estos casos, las casas compartidas para personas mayores se pueden revelar un antídoto contra la soledad y las consecuencias psicofísicas y sociales que conlleva.
No por nada, este modelo de vivienda compartida nace con el objetivo de fortalecer las relaciones y fomentar el sentido de comunidad.
Como hemos remarcado en los apartados anteriores en este artículo, una de las grandes ventajas de las viviendas compartidas para los mayores es la prevención de la soledad. Sin embargo, la experiencia de compartir vivienda con otras personas mayores tiene más beneficios:
En nuestro país tanto los senior cohousing como otros tipos de vivienda compartida son todavía muy raros. A pesar de esto, el concepto es cada vez más conocido y despierta el interés de muchos privados y empresas.
Mientras se espera un mayor desarrollo de este tipo de vivienda, las personas mayores que buscan los beneficios de vivir en compañía sin renunciar a la independencia pueden optar por soluciones que sí son una realidad.
Afortunadamente, en España ya contamos con residencias de personas mayores que proponen un servicio de calidad adaptado a las exigencias de la tercera edad.
En FIATC Residencias nuestro objetivo es que los residentes se sientan como en su casa, por esto invertimos para asegurar el mejor servicio asistencial y espacios amplios estudiados para ofrecer el máximo confort. Cugat Natura Apartments es uno de los espacios alternativos para mayores desarrollados con el objetivo de garantizar a nuestros residentes la comodidad de vivir independientes en un entorno que cubre todas las necesidades y que favorece momentos de socialización.